Mejores películas - Bufet Casanovas
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Mejores películas

Mejores películas

El confinamiento por el Covid-19, ha provocado un aumento del consumo de series y películas. Desde Bufet Casanovas queremos aportar nuestro granito de arena con un listado de las 10 mejores películas jurídicas, según nuestro criterio totalmente subjetivo. Se trata de un género muy prolífico y en el que ya advertimos al lector que echará de menos a muchas. Coge tu bol de palomitas y empezamos:

10. En el nombre del Padre (1993)

Casi todos los estudiantes de Derecho conocen muy bien esta película, suele incluirse su visionado como parte del temario. Las historias basadas en hechos reales siempre tienen un encanto especial y si unes a una espléndida Emma Thomson, como la infatigable abogada defensora, junto a Daniel Day-Lewis, el resultado es uno de los mejores dramas judiciales.

9. Algunos hombres buenos (1992)

En los noventa estaban muy de moda los thrillers judiciales, “Algunos hombres buenos” es quizás las más representativa de la década y una de las que más cariño le tenemos en el despacho. Interpretada por Tom Cruise, que repetiría como abogado en su siguiente película (La Tapadera, muy recomendable) y Jack Nicholson, que no sólo acapara las mejores escenas sino que también ha generado gran cantidad de GIF. Pero si algo destaca por encima de todo, es el brillante guion de Aaron Sorkin, con unos interrogatorios tan incisivos que provocan la decepción absoluta de cualquiera que presencie un juicio por primera vez en el mundo real.

8. ¿Vencedores o vencidos? (1961)

La trama se centra en los históricos Juicios de Núremberg, que tuvieron lugar tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, donde se juzgaron a dirigentes del Tercer Reich. Con un reparto de actores y actrices de primera división, este film se centra en el enjuiciamiento a jueces alemanes por su implicación con el régimen, juzgados por tribunales compuestos exclusivamente por jueces de los países vencedores. Película que no sólo aborda la responsabilidad de aquellos jueces sino de cada individuo respecto a las atrocidades cometidas y su complicidad con el estado. Entrando en nuestro terreno, destacar el papel de Maximilian Schell, como abogado defensor, generando un debate interesante sobre la legitimidad de los jueces de aquellos juicios desde un punto de vista legal y ético.

7. Anatomía de un asesinato (1959)

¿Os acordáis de Homer Simpson estirándose los tirantes y diciendo aquello de: “No soy un abogado de la gran ciudad pero…?” Pues es una referencia al abogado que interpreta James Stewart en este film. Stewart, quién casi siempre representó papeles del ciudadano medio norteamericano, honesto, justo y honrado. Aquí interpreta a un abogado que por necesidad, más que por sentido del deber, defiende a un hombre acusado de asesinato y no lo hace intentando demostrar su inocencia, que poco le importa, sino utilizando todas las artimañas posibles. Este abogado de provincias socarrón, sirve de hilo conductor para explorar la personalidad de los diferentes personajes y que el espectador saque sus propias conclusiones finales.

6. La caja de música (1989)

Un inmigrante húngaro, residente en los Estados Unidos desde el final de la II Guerra Mundial, es acusado de ser un criminal de guerra nazi. Su hija, una abogada de prestigio, interpretada por una maravillosa Jessica Lange (que merecía el Oscar), se hace cargo de su defensa. Una gran historia que analiza la implicación del abogado con su cliente y de la idoneidad de representar a un familiar cercano. Una joya, menos conocida que las otras de la lista pero no por eso menos recomendable.

5. Testigo de Cargo (1957)

La gran película de juicios del director Billy Wilder, quien abarcó todos los géneros en su excelsa filmografía, basada en una novela de Agatha Christie. Testigo de Cargo, es más bien una película de suspense que un drama judicial, si todavía no has visto esta obra maestra no desvelaremos nada más para que puedas disfrutar de su visionado a plenitud.

4. Rashomon (1950)

Ambientada en el Japón del siglo XII, la historia se centra en la reflexión de un monje y un leñador sobre el caso del asesinato de un samurái al que ambos fueron llamados como testigos en el juicio. Cada personaje aporta al espectador una pieza más del puzle. La película se centra en la subjetividad y de cómo diferentes espectadores directos son capaces de ofrecer versiones contradictorias. Tanto es así que a este fenómeno se le conoce como el “Efecto Rashomon”. Una película mayúscula dirigida por Akira Kurosawa, que no podía estar fuera de la lista.

3. Cadena perpetua (1994)

Más que un drama judicial, se trata de un drama carcelario, pero es que las condenas forman parte del proceso judicial y dentro del sub-género de películas de prisiones, “Cadena perpetua”, quizás sea la mejor. Por eso y porque es la favorita de varios miembros del despacho, tenía que estar en el pódium. Una película que pasó muy desapercibida en su estreno, ha ido ganando notoriedad con los años y encumbrándose en el lugar que se merece. Una historia envolvente llena de valores y lecciones de vida. Cine en estado puro, maravillosa.

2. Doce hombres sin piedad (1957)

Doce miembros de un jurado se reúnen para deliberar el veredicto de un acusado de asesinato. La trama se centra de forma exclusiva en el debate que se crea sobre la culpabilidad del reo y cómo la personalidad y antecedentes de cada uno de ellos, influye en su forma de juzgar. Película que fue posteriormente adaptada al teatro y no al revés, obliga al espectador a tomar un asiento del jurado y emitir también su propia sentencia. En la era del clickbait, en la que cualquier declaración sacada de contexto es objeto de un juicio de valor apresurado, este relato se muestra totalmente actual, invitando al espectador a la reflexión y a no dejarse llevar por la mayoría. Magnífica.

1. Matar a un ruiseñor (1962)

En la mayoría de rankings de películas judiciales, “Matar a un Ruiseñor” está en primera posición y en Casanovas compartimos ese criterio.

Steven Spielberg bautizó al tiburón robótico que utilizó en el rodaje de “Tiburón” como Bruce, en honor a su abogado…  y es que en el imaginario colectivo de la sociedad norteamericana los abogados a menudo son vistos como seres despiadados, avaros y sin escrúpulos. En medio de esa tiniebla de estereotipos peyorativos, Atticus Finch brilla con luz propia para redimir a toda una profesión. Un abogado honrado, viudo, padre de dos hijos, respetado por sus vecinos, es el paradigma de la integridad. La historia se desarrolla en un pueblecito del sur de Estados Unidos durante la Gran Depresión, narrada desde el punto de vista de la hija menor durante el verano en el que su padre asume la defensa de un hombre negro, acusado de violar a una mujer blanca y cómo ese suceso le cambió su percepción del mundo. Atticus Finch (que significa pinzón en inglés, siendo un juego de palabras con el título de la obra), será objeto de odio por hacer simplemente su trabajo. Un delicioso relato basado en el libro de Harper Lee, quién plasmó sus propias vivencias de pequeña a través del personaje de la hija. Una obra maestra de la que nunca te cansas de volver a ver.